miércoles, 3 de noviembre de 2010

JUANA, MADRE DE ANTONIO MEÑO ORTEGA

Juana, reconozco que acabo de enterarme de quién eres a través de los informativos de primera hora de la mañana. Esa hora en que me tomo mi café aún medio dormida, esperando el momento en que hay que despertar a los niños y pelear con ellos para que desayunen, se vistan, se peinen, se laven los dientes, se limpien los zapatos, revisen las mochilas, por fin se pongan los abrigos y por fin salgan por la puerta de casa. Lo de todos los días de lunes a viernes.

Veo a Juana sujetándose el pinganillo en la oreja, abrumada ante uno de los cientos de micrófonos que probablemente hoy se agolpen ante ella, pero sin perder de vista a su hijo durante la entrevista. Está en la Plaza de Benavente, de Madrid. No es que su hijo esté correteando por allí, no es que su hijo esté esperando a que abran la puerta del cole y pueda que se despiste jugueteando con otros niños y por eso ella no le quita ojo.

Juana aparece bajo unas cortinas que parecen un dosel. Pero Juana no está en el salón de su casa. Al fondo parece que hay algún cuadro en una pared de color azul. Pero sólo lo parece. Es una foto de la Virgen de la Milagrosa. Y el cuadro no es tal cuadro, es una funda transparente de esas que usamos para guardar papeles. Según afino la vista y la cámara va mostrando más detalles, la pared de color azul es apenas un poco más alta que Juana. Ahora ya enfocan a su hijo. No es un niño. Es todo un hombre. La mano de Juana no se aleja de  su almohada. Resulta obvio que su hijo debe de estar enfermo. Ahora ya lo comprendo mejor.  Es que Juana y su hijo viven en una caseta como las que estamos cansados de ver en las obras. Tantas obras y tantas casetas. Cuenta que llevan ahí meses, ¡unos quinientos y pico días!.

martes, 6 de abril de 2010

Niños maltratadores, niñas vampiras

Semana Santa extraña. Mucha crisis, pero las carreteras atascadas, los hoteles llenos (me alegro), el paro sigue subiendo y a mí las cosas no me cuadran. La Iglesia cada vez más perseguida y denostada, pero la devoción popular exhibida en calles de pueblos y ciudades no decae, me parece a mí que más bien al contrario. Tampoco me cuadra. Me gustaría saber cuántos políticos laicistas y sus votantes han ocultado su rostro bajo un capirote o se han plantado una mantilla estos días. Después de saber que la ministra miembra es fiel devota de la Virgen de su pueblo y que no falta jamás a su correspondiente romería, ya una puede creerse todo y, por ende, no creerse nada. Cuando yo era pequeña y luego joven, lo de que un dictador hubiese entrado bajo palio en un templo se consideraba un escándalo moral y político imperdonable. Ahora que soy mayor creo que a mucha gente se la chuflaría bastante ver a la miembra de rodillas y llorosa junto a su virgen de bolsillo. Cómo han cambiado los tiempos.

Ahora los progres defienden a algunos dictadores (que no todos son iguales, faltaría más). Ahora los políticos de izquierdas son empresarios millonarios. Ahora los cristianos se defienden con uñas y dientes ante las persecuciones. Ahora los jueces se sientan en los banquillos. Y hasta los niños asesinan. Parece que todo está del revés.

Estoy indignada. Estoy horrorizada. No sé dónde está el norte. No sé si el sur es el este. Ya no distingo a los vaqueros de los indios.

Ayer escuchaba en el programa de Carlos Herrera a madres de niños acosados en el colegio. Recuerdo con especial dolor el caso de una niña de 14 años que lleva casi un año en tratamiento por depresión y postrada en la cama con fibromialgia, todo ello causado por la violencia psicológica e incluso física a que la llevan sometiendo compañeros (?) de su centro escolar desde hace cursos. No hay derecho. ¿Y sus profesores? ¿y la Dirección del centro? ¿y la Inspección? ¿y los padres de los niños acosadores? Que no pueden hacer nada. Que la niña se vaya del colegio. Que la niña se vaya del pueblo. No entiendo nada. Eso sí que es un calvario, pero un calvario de verdad, por obra de niños que flagelan a niños y por omisión de adultos pilatos que se lavan las manos.

Otra estación hacia el Gólgota. Dos crías quedan para pegarse como quien queda para ir al cine. Una de ellas mata a la otra y ahora se descubre que en su perfil de no sé qué red social hacía apología de la mamarrachada del "gótico" más sanguinario.  Uy, que incurro en delito, corrijo: una de ellas supuestamente mata a la otra y la presunta asesina resulta que hacía, supestamente, apología del vampirismo en internet. A ver si ahora me van a empaquetar por hablar con un lenguaje poco respetuoso hacia el derecho a la presunción de inocencia de la supueta asesina, que se trata de una menor aunque sea una supuesta asesina.

Aquí hay que hablar escrupulosamente de los supuestos delincuentes y por supuesto más escrupulosamente que de sus víctimas de hecho, faltaría más. El supuesto terrorista, el supuesto pederasta, la supuesta asesina, los supuestos mafiosos, la supuesta red de estafadores. La presunta educación. La presunta justicia.

Y los supuestos padres y los supuestos profesores.

La Ley del Talión, la del "ojo por ojo y diente por diente", resulta que vino a impartir justicia en un tiempo y en un pueblo en que se devolvía más que ojo por ojo y más que diente por diente. La venganza estaba siendo muy desproporcionada y hubo que poner orden. Sólo un ojo por un ojo. Lo comido por lo servido.
No entiendo nuestra justicia. Es que nuestra justicia me parece a veces injusta y desproporcionadamente benévola con quienes cometen los delitos. Sólo unos años, como máximo, para el que arranca el diente y toda una vida para el que se queda sin piño. Pobre niña asesina (ups, presuntamente asesina), va a necesitar mucha reeducación, muchos terapeutas ocupacionales que le ayuden a reintegrarse en la sociedad, tendrá que hacer muchos talleres de habilidades sociales, de capacitación profesional, soportar muchas horas de psicólogos, nuestra sociedad tiene que poner a su disposición toda la artillería pesada para que el día de mañana pueda vivir en un piso tutelado siendo capaz de no volver a asesinar.

Y otro día de mañana, más mañana aún, puede que hasta pueda vivir en paz en algún lugar, hasta formar una familia y hasta tener un tenderete propio en un mercadillo "gótico". Con un poquitín más de suerte, incluso puede que tenga una hija que no quede en un descampado para pegar a otra, sino que aproveche la Semana Santa para reunirse con sus amigas a rezar por el pecado del mundo.

Este mundo tan extraño. O tan extraña yo. El imbécil de niño Sin-Chan es un querubín al lado de estas neobestias y Bart Simpson un "marcelinopanyvino". Si hasta Madonna se escandaliza de las pintas que le lleva su Lourdes María. Nos han engañado a todos. Nos han vampirizado vilmente las neuronas.

Creo que voy a buscar si existe algún animal que mate por placer y no por mero instinto de supervivencia. Me siento en el deber de salvaguardar la honorable superioridad moral de mis perros. Ellos son infinitamente más humanos que el Rafita, la niña vampira y los niños maltratadores.

jueves, 1 de abril de 2010

MADRES DE NIÑOS CON AUTISMO.

Mañana 2 de Abril se celebra el Día Mundial del Autismo. Azul es el color. Esta noche numerosos edificios emblemáticos del mundo entero se iluminarán de azul por este motivo.


Por cierto, no tengo noticia de que la ciudad de Madrid vaya a unirse a esta iniciativa. Total, debe ser que en Madrid no hay autismo. He estado navegando a ver si el Ministerio de Educación en su web colgaba "algo" para recordar a los niños y jóvenes con autismo. O el de Bibiana, el superministerio de la Igualdad. Nada. Nadie.
Las administraciones públicas carecen de alma. Son como gigantescas gestorías de millones de fotocopias y papeles. ¿Cuántos informes, solicitudes, quejas, irán cada año dando tumbos de mano en mano, de despacho en despacho,  de registro en registro, de funcionario en funcionario, con nombres de niños diagnosticados de autismo? ¿O de Síndrome de Asperger? ¿O de Trastornos Generales del Desarrollo?
¿A cuántas familias se habrá lanzado otra vez-otro año-otro curso al foso de los desheredados de nuestra sociedad con sus niños ya etiquetados como "de necesidades educativas especiales" (para los burócratas, NEE)?
Pues sí. En pleno siglo XXI, en esta España nuestra que se gasta la pasta en organizar encuentros mastodónticos con las mujeres de África, que subvenciona investigaciones sobre el mapa nervioso del clítoris (Aído, eres un crack), que invierte más en financiar píldoras y abortos que en ayudas reales para niños con NEE, a estas alturas, todavía hay ciudadanos para quienes los derechos humanos no existen. Bueno, existir existir, sí, claro, nadie dice en ningún papel que ellos no los tengan. Nadie dice en ningún papel que no sean personas como las demás. Por tanto, en ningún papel con membrete oficial pone nada de que ellos no tengan derechos. Eso sería demasiado nazi. Nosotros no somos nazis. Nosotros somos ciudadanos de un Estado de Derecho. Ah, y de un Estado Social. De acuerdo: de un Estado Democrático Social y de Derecho. Así es como se llama y se debe decir. Así suena muy bien.

Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, la matrona de la Seguridad Social nos comunicó que tenía el deber moral y profesional de aconsejarnos el aborto porque el niño tenía muchas papeletas de venir mal, y digo palabras casi textuales. Su dictamen sobre MI hijo, como le aclaré durante la conversación, se basaba en haber leído en los antecedentes familiares algo de "síndrome". Primero que no tenía ni puñetera idea de qué era ese síndrome en cuestión -solo lo porta quien lo padece y mi marido no lo padecía, luego no lo portaba- y segundo que no sé de dónde se había sacado que MI hijo tenía muchas papeletas de venir mal. Tenía las mismas papeletas que cualquier persona, como luego nos confirmaron varios ginecólogos. No me habían realizado aún ni la primera ecografía. Pero la carnicera ya había desenvainado el cuchillo. Y encima "por mandato moral y profesional". Pero como para mí carecía de esa autoridad de la que ella se creía investida, me pasé su mandato por el forro y le respondí con un "váyaseustéalamierda" traducido a lenguaje educado.  

Mi hijo, el de las papeletas de venir mal, va camino de los 13 años. Todavía estoy esperando a que esa señora tan caritativa me llame para preguntar qué tal todo, cómo nació ese "embrión", si padece ese "síndrome" del que me imagino que todavía ni se habrá documentado y, sobre todo, si mi hijo y yo necesitamos ayuda de algún tipo. Ayuda sanitaria, escolar, asistencial...algo. Por supuesto que mi opción, seguir adelante con esas papeletas supuestamente malditas, era "mi problema". Las autoridades sanitarias me habían ofrecido la solución más económica. Como yo optaba por la contraria, pues búsquese Vd. misma la vida, nunca mejor dicho.

Mi hijo es un niño con muchos palabros en su expediente y en su historia escolar. Es de NEE. Mi hijo es un niño de ACs. Diagnosticado por un EOEP. Pero de lo que diga el MEC, pasando por el DAT, con evaluación e informe del EOEP, previa valoración de una Unidad de Salud Mental de zona, hasta lo que realmente mi hijo viva durante ocho horas diarias en clase multiplicadas por tres cursos de EI más seis de EP más cuatro de ESO, como mínimo obligatorio, va una eternidad. Mi hijo no tiene autismo, pero comprendo muy bien las luchas de las madres de niños con autismo. Como comprendo igual de bien las de las madres de niños con TDAH (Déficit de Atención e Hiperactividad) y las de las madres del mundo entero cuyos hijos no se ajustan a lo "normal", por encima o por debajo, por delante o por detrás.

Porque lo "normal" es lo normal porque es lo mayoritario, lo que más se da, lo que más abunda. Lo que no es normal es, por tanto, lo que queda a los extremos, lo minoritario, lo menos frecuente desde el punto de vista estadístico y desde cualquier otro punto de vista. Las madres de niños no normales, de hijos al este o al oeste de la Campana de Gauss, sabemos qué bellas suenan las proclamas a favor de la educación para la diversidad y qué tozudos son los hechos cuando nos muestran que no sólo no se está llevando a cabo una educación para el reconocmiento y la aceptación de la diferencia, sino que aún hay demasiados casos en que no se está respetando siquiera el derecho a la educación -sin adjetivos ni florituras añadidas- de los niños que son diferentes. Los niños de necesidades educativas especiales. Los que alteran el ritmo de la clase. Los que no aprenden ni tan rápido ni tan despacio. Los que no hablan o hablan demasiado. Los que no escuchan, los que no miran, los que no atienden. Los que no juegan o juegan demasiado. Los que no se adaptan. Ni se integran. Ni cambian.

Pues no. Ha llegado el momento de empezar a decir ¡NO!. Y ya las madres han dicho ¡NO!
Con un par más grande que los del caballo de Espartero, un grupo de madres de niños con autismo se lían la manta a la cabeza y se plantan en el Congreso de los Diputados. Esto es lo que hay: el Libro Rojo de la Educación Española, el libro de la vergüenza.

Ahí se lo lean, se avergüencen y apechuguen los representantes del pueblo en la Cámara. Veinticinco casos reales de niños con necesidades educativas especiales con sus correspondientes veinticinco madres coraje. Ahí es nada. Tomen y vean informes, solicitudes, evaluaciones, quejas a todos los escalafones administrativos autonómicos y centrales habidos y por haber, documentaciones pasadas por registro y guardadas en ¿las papeleras? ¿el archivador perdido? ¿el armario misterioso? Y luego van y le venden la moto de la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Constitución Española y la LOE y su prima a Rita la Cantaora. A nosotras ¡NO! A nuestros hijos ¡NO!

Estas mujeres son un hito en la historia de nuestra democracia. Han removido conciencias y unido penas a través de Internet. Madres bloggeras, madres que hacen de un simple blog un arma de eficacia masiva. Madres que comparten experiencias, que se apoyan para poder seguir luchando por algo que es de sus hijos, de-sus-hijos, no por algo que sea un regalito del Estado o una concesión de no sé qué gobierno. No. Los derechos humanos se reconocen, se promueven y se vela por ellos. Eso es lo que debe hacer el Estado, ni más ni menos. Los derechos humanos son anteriores al propio Estado y anteriores a la Constitución.

Así que, queridos políticos y queridos burócratas, os ha salido un buen golondrino. Porque estas madres han llegado hasta el Congreso, pero pueden llegar a la luna si se lo proponen. Y no tiene mucha pinta de que vayan a conformarse con buenas palabras que se las lleva el viento.

Estas madres os sacuden con vuestros propios discursos, declaraciones, con vuestras normativas y regulaciones. Saben de qué hablan, están muy preparadas y les mueven sus hijos. Yo que Vds. me lo tomaría muy en serio.

Y yo que esta sociedad tan adormilada y apática, levantaría un momento la mirada del ombligo para contemplar este prodigio humano y social. Si hasta la forma de hacer la guerra ha cambiado, no se pierdan cómo pueden hacerse las nuevas revoluciones.

Desde aquí todo mi apoyo a estas madres de la Plataforma de Mujeres por los derechos de las personas con TEA/ TGE (Trastorno del Espectro Autista /Trastorno General del Desarrollo),
http://pactoeducativoparatodos.blogspot.com/ YA!!!

Por favor, estas mujeres están recabando firmas y enviando cartas y correos a distintas autoridades políticas con competencia en materia de educación y atención a la diversidad para que se respete el derecho a la educación de los niños afectados y con necesidades educativas especiales. Tu ayuda es necesaria. Hoy por ellas, mañana por ti. Gracias.


martes, 30 de marzo de 2010

VANE, MAMÁ DE UN DUENDE

Estaba aquí, trasteando, apurando los únicos y últimos momentos del día, aprovechando a leer, a pensar. He visto que uno de los enlaces que quiero tener en mi blog, que se llama "Diego, un duende muy especial", no salía en las listas que trato de ir actualizando. Así que lo busqué para copiar de nuevo el enlace y arregarlo.
Y me encuentro con la imagen fija de un vídeo musical, en la que aparece una mano tendida, una foto muy bonita, y el título de la canción: "Cariño, espérame".

Enseguida me he dado cuenta de que la mamá de Diego había escrito hoy una nueva entrada, que yo no había leído. Y enseguida también me he dado cuenta...Hoy es el primer aniversario. Vane, ha incluido una lista de enlaces a la noticia que se produjo un 30 de marzo 365 días antes que este 30 de marzo de hoy.
365 días, cuantísimos días, 365 eternidades.

Vane abrió un blog en el que escribe a su niño, le va contando cómo sigue siendo su vida para ellos sin él, le dedica canciones, pensamientos, le enseña fotos de su hermano David, que hace poco cumplió 14 años. En ese mismo blog tienen cabida todas las personas que querían tanto al peque y a las que el peque tanto quería. Sus compañeros de clase, sus amigos de juego, todos, todos tienen cabida en este blog admirable que desde fuera se ve como un pequeño rincón en este inmenso mundo donde hay mucho, mucho amor.
Esto me conmueve y también me descoloca.

La muerte. El final. Lo desconocido. Una puerta. La muerte negra. La muerte mala. Nadie queremos a la muerte. Todos tendremos que verla. Pero nadie queremos verla. Una muerte, un velatorio, un funeral, un entierro. Y silencio. Todos callan. Quedan mudos. Todos sienten, pero nadie dice. De la muerte nadie dice y nadie habla. Silencio. Silencio, tiempo y olvido. Que el tiempo pase y cure. Que el tiempo vaya aireando un dolor que es un volcán que arrasa y destruye. El tiempo que lo vaya calmando.

Se permite recordar y hablar, en todo caso, dentro de la intimidad. Hay que educar reciamente ese dolor. Domeñarlo. Hay que seguir, es una orden. Hay que hacer, es una orden. Hay que distraerse, es una orden. Hay que salir, hay que obligarse. Tienes que....por tu hijo. O tienes que...por tu marido.
Pero, ¿y tú? ¿y a ti? ¿Quién es capaz de controlar tu tiempo? ¿quién puede mandar a tu cuerpo? ¿quién puede hacer que tu rostro sonría? ¿quién puede hacer que quieras hablar? ¿quién es tú? ¿quién sabe quién eres ahora?

Tienes derecho a llorar, aunque a los demás les moleste. Tienes derecho a hablar de él, aunque a los demás les parezca malo para ti. Tienes derecho a recordar, aunque los demás quieran que olvides. 

Tu cuerpo y tu alma han perdido un trozo de tu cuerpo y un trozo de tu alma. ¿Por qué exigir a ese cuerpo mutilado que haga como antes? ¿Por qué exigir a tu media alma que sea cuanto antes como el alma entera?
No. No hay derecho a imponer silencio a una madre. No hay derecho a decirle deja de gritar por dentro, deja de retorcerte, deja de morirte con su muerte y vive aunque sea muerta porque el tiempo pasa y el tiempo cura.

Nadie puede pedirle a una madre que deje de amar a su hijo después de muerto. Su hijo nunca se marchará de su corazón. Nada del hijo se marchará. Lo que le gustaba y le hacía reir, lo que compartía y disfrutaba. ¿Dónde puede una madre arrojar todo eso como si de una maleta se tratara? ¿Dónde lo guarda hasta que el tiempo pase? Una madre no puede arrancarse a su hijo del alma. 

La vida sigue. La vida no se para por nadie. Pero la vida del hijo sigue viviendo en la madre. En ese lugar sagrado que tiene la madre. El lugar donde lo acogió desde el primer instante. Y ahí siguen sus risas, sus gestos, sus besos. 

La mamá de Diego tiene ese gran tesoro. Lo lleva dentro. Pero no lo esconde. Porque un hijo no llega a la vida para ser escondido. Un hijo viene para ser disfrutado, para ser amado y bendecido. Un hijo nace de un amor y tiene que vivir mostrando ese amor del que vino. Un amor hacia afuera, un amor hacia el mundo. 
La mamá de Diego cuida ese tesoro. Pero no lo guarda oculto, lo comparte. Lo expande para que ese amor suyo sea siempre un amor a todos. El recuerdo de su niño le acerca a su niño porque Diego está en todos. En todos aquellos que lo quisieron y todos los que puedan quererle aunque se haya ido. 

La mamá de Diego sabe contagiar ese amor a todos. Para que Diego esté en todos. Para que su amor siga vivo. 

Esta mamá tan valiente no gasta energías en hacer la última pregunta, esa que no tiene respuesta. Sencillamente vive su duelo aferrándose a todo lo bueno, a todo lo maravilloso que dejaron tan solo tres años. Tres años llenos, tan llenos que siguen sacando amor de donde podría quedar solo pena, desolación, hundimiento. 

La muerte de una persona puede dejar la vida de quienes quedan como si hubiera caído una bomba atómica. Luz que se vuelve oscuridad, cascotes, destrucción, gentes desaparecidas, vidas desorientadas.
Pero Diego no se ha ido dejando un paisaje así. Más bien consigue que vayan creciendo la hierba y las flores por donde camina su mamá. Porque esa mamá tan especial va sembrando vida y no muerte. Y las gentes encuentran en ella una senda mejor por la que caminar. Otras mamás que también han perdido a sus niños van caminando junto a ella. 

Diego, hacen falta en este mundo muchas mamás como la tuya. Porque ese camino que todavía falta es muy duro de caminar. A veces es el sol, que quema. Otras la sed, el cansancio...A veces a las mamás nos dan ganas de parar un rato y que siga la vida, queremos quedarnos ahí sentadas y calladas. Pero no, hay que seguir, tenemos muchos compañeros de viaje que nos necesitan, igual que nosotras los necesitamos a ellos.

Diego, no sé si te gustaban las carreras de coches o de motos. Tal vez echabas alguna carrera con tus amigos, a ver quién llegaba primero. Pues seguro, seguro, que tu mamá va a ser la campeona de esta carrera tan importante que ahora tiene que hacer. Así que ya puedes esperarla con la medalla más preciosa y brillante de todo el universo, porque la va a ganar. Ya lo verás.

Vane, David y papá de Diego, gracias por mostrarnos una forma tan especial de poder afrontar algo así. Gracias por compartir con los demás un camino distinto para seguir adelante. Por lo poco que os conozco sé que muchas personas encuentran en vosotros la fuerza y la esperanza que necesitan para recorrer lo que aún queda. Mucho ánimo y muchas gracias por tanto amor.

domingo, 28 de marzo de 2010

UNA ABUELA CHIQUITITA

Había una vez una abuela a la que sus bisnietos llamaban "la abuela chiquitita", pues era realmente pequeñita de estatura. Estaba muy encorvada, siempre vestida de negro. En vez de meter los bajos a la ropa, como hacemos las madres con los pantalones de los hijos, ella iba sacándolos. Parecía que según se iba hacidendo más y más viejita iba recuperando su tamaño de niña.

La abuela chiquitita nació en un pueblo llamado Madrigal de las Altas Torres, en Valladolid. Una procedencia muy humilde, aunque sorprendentemente había tenido allí una maestra que le enseñó a leer y escribir. Todo un lujo en un país poseedor entonces de unos índices de analbabetismo salvajes.

Llegó a Madrid con sus padres y su hermano en un carro con los pocos animales que tuvieran: una cabra, una gallina. Pero ella estaba tan contenta. Desde entonces decía que ella era de Madrid y sólo de Madrid.
Aprendió a coser y fue "modistilla". Una de sus maestras de costura fue de dama de compañía (o como se llamase ese cargo) de una noble señora en el primer y último viaje del Titanic. Pero no sé qué fue de ellas. La abuelita chiquitita se pasaba el pañuelo por los ojos cuando lo contaba. "Pobrecita", decía, refiriéndose a su maestra.

Esta abuelita estuvo sirviendo en casa de unos señores muy pudientes, que le regalaban sombreros -imagino que los que a la señora ya no le hacían falta- en unos estuches muy elegantes. Y cosas así. Luego conoció al que sería su marido, el abuelo. Tuvieron cinco hijos, algunos nacieron justo durante la Guerra y otros en la postguerra.

sábado, 27 de marzo de 2010

MADRES DE ÁNGELES

Hoy estoy conmocionada, demasiados sentimientos muy intensos. Sólo quiero poner esta música para expresar lo que tengo dentro. Cierro los ojos y esta nana traduce algo que sueño. Helena cantando a los niños en el corazón de sus madres. Esta nana no tiene letra, solo tiene un murmullo que llega hasta el cielo. Así es el cuento de Flor para Diego. Así lo siento yo.
Para Vane, Sherpa y Flor y tantas madres con un ángel en el cielo


jueves, 25 de marzo de 2010

MADRES DE NIÑOS TDAH

Hace un par de semanas, mis niños trajeron una circular del cole en la que se leía: "¿Os sentís culpables de las malas conductas de vuestros hijos? Vosotros no tenéis la culpa. Pueden tener un Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad".
No pude resistirme. Me interesa muchísimo el TDAH (estas son las siglas del trastorno) como tema para estudiar y he de reconocer que también como asunto que me ronda como madre por la cabeza.
Adela fue la persona de A.N.S.H.D.A., asociación de la que adjunto información más abajo, que vino a contarnos su experiencia como madre de un chico hiperactivo. Impresionante. Excelente.
Nos contó que previamente había impartido una charla a los profesores del colegio.
Estas actividades de información y concienciación deberían ser obligatorias para todos los centros, todos los profesores y todas las familias que tengan a sus hijos en edad escolar.