Semana Santa extraña. Mucha crisis, pero las carreteras atascadas, los hoteles llenos (me alegro), el paro sigue subiendo y a mí las cosas no me cuadran. La Iglesia cada vez más perseguida y denostada, pero la devoción popular exhibida en calles de pueblos y ciudades no decae, me parece a mí que más bien al contrario. Tampoco me cuadra. Me gustaría saber cuántos políticos laicistas y sus votantes han ocultado su rostro bajo un capirote o se han plantado una mantilla estos días. Después de saber que la ministra miembra es fiel devota de la Virgen de su pueblo y que no falta jamás a su correspondiente romería, ya una puede creerse todo y, por ende, no creerse nada. Cuando yo era pequeña y luego joven, lo de que un dictador hubiese entrado bajo palio en un templo se consideraba un escándalo moral y político imperdonable. Ahora que soy mayor creo que a mucha gente se la chuflaría bastante ver a la miembra de rodillas y llorosa junto a su virgen de bolsillo. Cómo han cambiado los tiempos.
Ahora los progres defienden a algunos dictadores (que no todos son iguales, faltaría más). Ahora los políticos de izquierdas son empresarios millonarios. Ahora los cristianos se defienden con uñas y dientes ante las persecuciones. Ahora los jueces se sientan en los banquillos. Y hasta los niños asesinan. Parece que todo está del revés.
Estoy indignada. Estoy horrorizada. No sé dónde está el norte. No sé si el sur es el este. Ya no distingo a los vaqueros de los indios.
Ayer escuchaba en el programa de Carlos Herrera a madres de niños acosados en el colegio. Recuerdo con especial dolor el caso de una niña de 14 años que lleva casi un año en tratamiento por depresión y postrada en la cama con fibromialgia, todo ello causado por la violencia psicológica e incluso física a que la llevan sometiendo compañeros (?) de su centro escolar desde hace cursos. No hay derecho. ¿Y sus profesores? ¿y la Dirección del centro? ¿y la Inspección? ¿y los padres de los niños acosadores? Que no pueden hacer nada. Que la niña se vaya del colegio. Que la niña se vaya del pueblo. No entiendo nada. Eso sí que es un calvario, pero un calvario de verdad, por obra de niños que flagelan a niños y por omisión de adultos pilatos que se lavan las manos.
Otra estación hacia el Gólgota. Dos crías quedan para pegarse como quien queda para ir al cine. Una de ellas mata a la otra y ahora se descubre que en su perfil de no sé qué red social hacía apología de la mamarrachada del "gótico" más sanguinario. Uy, que incurro en delito, corrijo: una de ellas supuestamente mata a la otra y la presunta asesina resulta que hacía, supestamente, apología del vampirismo en internet. A ver si ahora me van a empaquetar por hablar con un lenguaje poco respetuoso hacia el derecho a la presunción de inocencia de la supueta asesina, que se trata de una menor aunque sea una supuesta asesina.
Y los supuestos padres y los supuestos profesores.
La Ley del Talión, la del "ojo por ojo y diente por diente", resulta que vino a impartir justicia en un tiempo y en un pueblo en que se devolvía más que ojo por ojo y más que diente por diente. La venganza estaba siendo muy desproporcionada y hubo que poner orden. Sólo un ojo por un ojo. Lo comido por lo servido.
No entiendo nuestra justicia. Es que nuestra justicia me parece a veces injusta y desproporcionadamente benévola con quienes cometen los delitos. Sólo unos años, como máximo, para el que arranca el diente y toda una vida para el que se queda sin piño. Pobre niña asesina (ups, presuntamente asesina), va a necesitar mucha reeducación, muchos terapeutas ocupacionales que le ayuden a reintegrarse en la sociedad, tendrá que hacer muchos talleres de habilidades sociales, de capacitación profesional, soportar muchas horas de psicólogos, nuestra sociedad tiene que poner a su disposición toda la artillería pesada para que el día de mañana pueda vivir en un piso tutelado siendo capaz de no volver a asesinar.
Y otro día de mañana, más mañana aún, puede que hasta pueda vivir en paz en algún lugar, hasta formar una familia y hasta tener un tenderete propio en un mercadillo "gótico". Con un poquitín más de suerte, incluso puede que tenga una hija que no quede en un descampado para pegar a otra, sino que aproveche la Semana Santa para reunirse con sus amigas a rezar por el pecado del mundo.
Este mundo tan extraño. O tan extraña yo. El imbécil de niño Sin-Chan es un querubín al lado de estas neobestias y Bart Simpson un "marcelinopanyvino". Si hasta Madonna se escandaliza de las pintas que le lleva su Lourdes María. Nos han engañado a todos. Nos han vampirizado vilmente las neuronas.
Creo que voy a buscar si existe algún animal que mate por placer y no por mero instinto de supervivencia. Me siento en el deber de salvaguardar la honorable superioridad moral de mis perros. Ellos son infinitamente más humanos que el Rafita, la niña vampira y los niños maltratadores.